EPÍLOGO
Cuando se retiraron todos después del convite y la fiesta de la boda.
Todos se retiraron, después del convite y la fiesta de la boda.
Había sido grandiosa y Ana estaba feliz, se acostó. Los dos días siguientes decidió descansar, bañarse desnuda en la playa por la noche, pasear descalza por la orilla del mar y ver las estrellas, mientras pedía algún que otro deseo.
Nadie se percató de ella; ya que parecía que había olvidado su "Historia de Amor con Victor".
Recogieron sus maletas y poco a poco se fue vaciando el pequeño hotel reservado para la boda de sus amigos Peter y Luisa.
Nadie; hasta que la madre de Ana, que llamaba y preguntaba casi a diario.
Pero no se sabía nada de ella.
Creían que se había marchado tranquilamente a su casa de Copenhague para seguir con sus clases de literatura española en la Universidad y completar sus tesis sobre cine de Bergman.
Nadie... Hasta que...
Unos niños jugando al balón cerca de la vaya del cementerio, se les coló y al tocar el timbre del jardinero, oyeron un grito cerca de la tumba de Bergman, dónde de espaldas se encontraba, como descansando y con los ojos cerrados, el pequeño cuerpo de Ana, qué había decidido terminar así su dedicatoria al cine.
FIN
1 comentarios:
Write comentariosPara todos mis admiradores, envío un pequeño relato sobre Muerte, Cine y Bergman. ¡Feliz noche de Otoño! Gracias por seguirme.
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